F-056 ¿Qué es  orientación? (CEAPA)

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QUÉ ENTENDEMOS POR ORIENTACIÓN

(El texto completo se encuentra en la página de la CEAPA )

1. Introducción

La práctica de la orientación como una actividad organizada y dirigida al logro de objetivos específicos, arranca de la primera década del siglo XX, identificada con el ámbito profesional en sus inicios y extendiéndose a otros campos con posterioridad donde toma cuerpo de disciplina educativa.

En nuestro país, a excepción hecha de la creación del primer Instituto de Orientación Profesional de España (Barcelona, 1918) y del Instituto de Orientación y Selección Profesional (Madrid, 1924), muy poco es lo que ha trascendido a la comunidad educativa sobre este mecanismo dirigido a cualificar la práctica educativa, y lo que ha llegado ha sido -a juzgar por muchos autores- de una manera parcial y sesgada al considerar la orientación casi únicamente en su dimensión de corrección de problemas (perspectiva terapéutica) y de información profesional (elección vocacional). Ello ha dado lugar a una concepción estática y deformada de la orientación, que en estos momentos está siendo contestada con un enfoque dirigido a la prevención y al desarrollo.

El debate sobre la Reforma del Sistema Educativo, y la publicación de la LOGSE (1990), han traído el tema a un primer plano. Por ello es necesario que desde el movimiento asociativo de padres, abordemos el concepto de Orientación con una nueva imagen, en un contexto educativo más amplio que atienda a la prevención y al desarrollo del potencial del alumno (asumimos todas las recomendaciones para el uso no-sexista de la lengua; en lo sucesivo y con el fin de simplificar la lectura del texto, donde dice alumno, debe decir alumno/a) y que tome en consideración a cada uno de los factores que constituyen el sistema educativo, satisfaciendo las necesidades que la sociedad espera de la educación.

2. Un poco de orden en la confusión terminológica

En los últimos años se ha venido utilizando de manera un tanto imprecisa e incluso como sinónimos, distintos términos relacionados con la Orientación. Rafael Bisquerra (1991), recoge gran parte de ellos, de los que recordaremos los más usuales:

Orientación escolar: Proceso de ayuda al alumno en los temas relacionados con el estudio y la adaptación a la escuela.

Orientación profesional: Proceso de ayuda en la elección profesional, basado principalmente en un conocimiento del sujeto y las posibilidades del entorno.

Orientación personal: Proceso de ayuda en los problemas de índole personal.

Asesoramiento: Es una técnica dentro del proceso de la Orientación.

Psicología escolar: Término utilizado por los psicólogos para referirse principalmente al modelo terapéutico en Orientación educativa.

Este listado de definiciones y enfoques, que no pretende ser exhaustivo, nos sirve, para mostrar con claridad la diversidad terminológica que existe en Orientación. A la vista de esta realidad, el profesor Bisquerra, opina que lo más prudente sería hablar de Orientación a secas, evitando así posibles confusiones que los calificativos puedan ocasionar. Con todo, es preciso señalar que se viene observando la introducción progresiva del término «psicopedagogía» para referirse al concepto que estamos proponiendo, sobre todo en documentos de la reforma educativa.

En resumen, por Orientación entendemos un proceso de ayuda continuo a todas las personas, en todos sus aspectos, con una finalidad de prevención y desarrollo, mediante programas de intervención educativa y social, basados en principios científicos y filosóficos.

3. Breve revisión de los modelos tradicionales

El concepto de Orientación que ha prevalecido hasta ahora, se ha entendido como un servicio para atender las demandas de los alumnos con necesidades especiales («casos» difíciles, fracasos escolares, necesidades educativas especiales).

Este modelo pone el énfasis en los servicios que hay que prestar a un núcleo parcial de la población, con un carácter también parcial, predominantemente terapéutico y pasivo, que espera que la demanda del servicio se produzca por parte del alumno, profesores o padres, para generar la acción. Es un modelo que como vemos actúa directamente sobre los problemas, entiende que se debe actuar una vez que se han producido estos y obvia la necesidad de intervenir sobre el contexto donde se generan.

Las funciones principales del modelo de «servicios de Orientación», al que estamos haciendo referencia, serían las siguientes:

Diagnóstico psicopedagógico.

Tratamiento de casos problema.

Asesoramiento.

También se incluyen en este modelo los servicios de información profesional, cuya función consiste en proporcionar información sobre estudios y profesiones

4. Hacia una nueva imagen de la orientación

Como alternativa al modelo tradicional de servicios, aparece un cambio de enfoque, que no espera a que se produzca una demanda para iniciar la intervención; que da prioridad a los principios de prevención y desarrollo; dirigidos a la totalidad de los alumnos. Esto supone un paso del modelo de servicios al enfoque de programas de intervención.

Como señala Rodríguez Espinar (1986), una nueva imagen del orientador tiene que irrumpir en el contexto educativo. Una imagen proactiva que tome en consideración el contexto, que atienda a la prevención y al desarrollo y que su radio de acción traspase las paredes del recinto escolar. Con estas apreciaciones revisaremos los tres principios básicos en los que fundamentar esta nueva imagen de la orientación:

A) Principio de prevención:

Prevenir significa evitar que algo malo suceda. La llamada prevención primaria pretende reducir el índice de nuevos casos. Para ello hay que actuar en contra de las circunstancias negativas antes de que tengan oportunidad de producir efectos. En el campo educativo la prevención toma sentido al anticiparse a la aparición de circunstancias o situaciones que puedan ser un obstáculo al desarrollo de una personalidad sana e integrada, propiciando que pueda desarrollar al máximo sus potencialidades. Llevar a la práctica educativa el principio de prevención supone:

Poner especial atención a los momentos de transición del alumno en sus diferentes etapas educativas:

Familia-escuela.

Enseñanza obligatoria-posobligatoria.

Escuela-trabajo. etc.

En esta perspectiva los programas de acogida a los nuevos alumnos cobran una especial relevancia, en el sentido más amplio de preparar los ambientes a los que acceden.

Conocimiento inicial del alumno, que permita conocer lo antes posible las características y circunstancias de los alumnos a fin de detectar las posibilidades de riesgo de la aparición de dificultades. Para ello se hace necesario realizar un diagnóstico exhaustivo y precoz del alumno utilizando los recursos científicos y técnicos adecuados.

Apertura al entorno social, lo que supone traspasar el marco meramente escolar prestando especial importancia en los siguientes aspectos:

La relación familia-escuela.

La intervención sobre el marco escolar.

Realizar esfuerzos educativos antes de los tres años.

B) Principio de desarrollo de capacidades:

Si la educación tiene como máximo objetivo el desarrollo de las capacidades, habilidades y potencialidades de la persona, la orientación puede ser un agente activador y facilitador de ese desarrollo.

Para lograrlo se debe dotar al alumno de las capacidades necesarias para afrontar las demandas de cada etapa evolutiva y el proporcionarle las situaciones de aprendizaje que facilite el progreso del mismo. Este planteamiento supone tener en cuenta las siguientes cuestiones:

Si consideramos al individuo en un continuo crecimiento personal, la orientación que le acompaña debe ser también un proceso continuo, ligado al proceso de enseñanza-aprendizaje y no basado en actuaciones puntuales.

Los programas de Orientación deben ser proactivos y encaminados al desarrollo de las potencialidades.

C) Principio de intervención social:

Diversas investigaciones realizadas en los últimos años nos hablan de la inoperancia de una intervención educativa que no tenga en cuenta los elementos o factores ajenos al marco escolar pero que fuera de la escuela inciden de forma importante en el desarrollo personal de los alumnos, de manera que pueden bloquear su desarrollo (obstáculos ambientales).

Si la educación es un proceso de aprendizaje continuo que no acontece sólo en el marco escolar, lógico es pensar que debemos prestar atención a los otros marcos sociales donde también se produce aprendizaje. Tener en cuenta este principio supone en la práctica:

Que la actividad orientadora debe dirigirse a modificar aspectos concretos tanto del marco educativo (dirección, organización, metodologías de trabajo, etc.), como del contexto social (empleo juvenil, formación postobligatoria, asistencia social, becas, etc.). No encontramos justificación a las posturas pasivas de aquellos orientadores que encuentran argumentos para no intervenir, por que dicen que lo que ocurre fuera de la puerta del centro educativo no es de su competencia.

Concienciar al orientado de la existencia de factores ambientales (en su caso) que obstaculizan el logro de sus objetivos personales, con el fin de generar una actitud activa que consiga el cambio de tales factores.

Si partimos de la existencia de una divergencia entre los valores del alumno e institución educativa, así como de la persona y la sociedad, el conflicto que se produce no se debe resolver con un simple ajuste o adaptación del alumno, sino a través de un serio esfuerzo por cambiar determinadas características ambientales.

 

 

 

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