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La orientación y los padres (El texto completo se encuentra en la página de la CEAPA ) Bases para una orientación con padres En la intervención orientadora con padres podemos distinguir dos grandes enfoques. En el primero se prioriza el núcleo familiar individualizado, mientras el segundo se interesa más por los principales entornos que inciden en el desarrollo de los alumnos (hogar, escuela, barrio,...). El primer enfoque, donde se prioriza el núcleo familiar, tiene como objetivo dotar a los padres de conocimientos psicopedagógicos, desarrollar sus capacidades educativas y mejorar los métodos de interacción con los hijos. El método de trabajo es sobre todo la información, dominio de conocimientos y desarrollo de habilidades como padres. En el segundo enfoque la intervención se centra más en el contexto. No se trataría tanto de actuar sobre los desajustes o conflictos, como de mejorar las condiciones escolares, familiares y sociales que generan la inadaptación. A diferencia del punto de vista anterior, pretende involucrar a los padres desde el centro educativo en la identificación y mejora de las condiciones ambientales, de tal manera que se facilite al máximo el desarrollo personal y social de sus hijos al tiempo que se favorece la acción conjunta de los responsables educativos. Desde nuestro punto de vista este último enfoque es el más adecuado para desarrollar la acción orientadora con los padres ya que afronta el problema de la necesaria relación padres/centro educativo. Basándonos en estas premisas resaltaremos como ejes principales en los que debe basarse la orientación a los padres: la comunicación, cooperación y participación.
Estrategias de actuación
Enlazando con el punto anterior, es obvio que las vías de actuación deben concentrarse en buscar «puntos de encuentro» entre profesores y padres; en potenciar y/o crear «convenios de relación» entre ambos y el entorno social. Para alcanzar estas metas podemos trabajar a varios niveles. A) Nivel de información: Los padres y el centro educativo disponen de gran cantidad de información captada de las observaciones, circunstancias, detalles,... que suelen pasar desapercibidos para los otros. Si los maestros y los padres no se informan recíprocamente, difícilmente se puede conseguir la confluencia de esfuerzos. Por lo tanto lograr que ambos lleguen a trasmitir lo que viven, conocen y practican es el primer paso de la intervención orientadora. ¿Cuándo es preciso este intercambio de información?. Es extensible a todo el periodo de escolaridad, pero de manera especial en los momentos y los aspectos referidos a continuación: 1º A la entrada del centro: Los primeros meses de curso, es un tiempo clave para intercambiar información precisa, objetiva y lo menos burocrática posible sobre cuestiones que interesen tanto a los padres como a los profesores. Información que interesa a los padres: Infraestructura e instalaciones del centro. Servicios: comedor, transporte, biblioteca... Órganos de gobierno. Proyecto Educativo Plan de trabajo del APA. Escuela de padres. Proyecto curricular: actividades, metodología... Programación General Anual (PGA) Información que interesa a los profesores: Estructura de la familia. Nivel sociocultural. Criterios educativos y formativos Características de los alumnos: desarrollo, hábitos, personalidad. 2º En los momentos de transición: Los cambios de curso y sobre todo los de ciclo, suelen ser momentos críticos para los alumnos que notan el cambio de metodologías y de profesor, por lo que es un momento especialmente importante para intercambiar información sobre el desarrollo evolutivo y educativo del alumno. Información que interesa a los padres: Rasgos y conductas del alumno, su repercusión en el ámbito educativo. Información sobre el nuevo curso/ciclo: Objetivos, metodología, asignaturas, libros de texto, tutoría,... Aulas de apoyo, Departamento de Orientación, becas, ayudas a actividades,... Información que interesa a los maestros: Contexto familiar. Desarrollo madurativo del alumno. Evolución del rendimiento escolar. Dinámica de relación de los alumnos.
3º A la salida del centro: La transición de un centro educativo a otro, por el cambio de nivel educativo (Primaria a Secundaria), o por la incorporación al mundo laboral, suele ser uno de los momentos más delicados y de mayor transcendencia en la vida educativa de un alumno. Los padres y los profesores deben de intercambiarse información precisa: Información para los padres: Características personales, capacidades e intereses de sus hijos. Estudios que ofrece el sistema educativo. Becas y ayudas. Salidas profesionales. Intereses profesionales de sus hijos. Información para los profesores: Capacidades e intereses del alumno. Motivaciones y expectativas familiares. Requerimientos de formación en las distintas profesiones. B) Nivel de participación: De lo expuesto hasta ahora, referente a la relación profesores-padres, en el nivel informativo, podemos deducir fácilmente que de este conocimiento no se deriva la necesaria convergencia de ideas y criterios entre padres y maestros. Por ello, y sin desvalorizar el primero, proponemos un segundo nivel de relación donde en un clima de diálogo y de aceptación de sugerencias mutuas toma auténticamente sentido la participación. Para que este nivel de participación sea realmente efectivo requerirá planificar cuidadosamente ciertos aspectos antes, durante y después de su realización (fijar los objetivos del encuentro, facilitar un ambiente amistoso, agradecer la participación,...). Para Rodríguez Espinar, la participación puede ejercerse a tres niveles: Como simple utilización de los servicios que ofrece la escuela. Como colaboración activa entre el profesorado y las Asociaciones de Padres. Como tarea cooperativa en asumir responsabilidades, tomar decisiones y contribuir al logro de los acuerdos. Buenas vías para favorecer la participación la constituyen las reuniones de aula, los equipos de colaboración padres-profesores, la Asociación de Padres, etc.. Entre otras propuestas participativas queremos destacar las reuniones de aula, que permiten, con un mínimo nivel organizativo, la creación de espacios de comunicación y trabajo estable de padres y profesores. Las reuniones de los padres de una misma clase y los profesores que trabajan con un mismo grupo, brindan una interesantísima oportunidad de relación de la que se pueden obtener grandes beneficios: Los profesores pueden informar a los padres de los planteamientos generales del curso (a principio de curso), para ese determinado grupo; o de la evolución del mismo (a finales de curso). Los padres tienen la oportunidad de realizar aportaciones, sugerencias e incluso colaborar en actividades del currículo puntuales. Este tipo de reuniones pueden convertirse en un elemento formativo para los propios padres (y desde luego para todos). Los alumnos tienen la oportunidad de percibir el interés de los padres por el trabajo que realizan en la escuela. C) Nivel de formación. Escuelas de padres: Es sabido que la falta de participación de los padres, y de relación con los profesores, se esconde bajo manifestaciones como «Los padres no estamos preparados para... », «¿sobre qué actuar?», «¿cuándo?», «¿con quién?». Se trataría de ayudar a los padres en el desarrollo de actitudes y destrezas que faciliten procesos educativos que hagan converger a los padres y la escuela. Para muchos, el auténtico motor de este proceso formativo es la experiencia concreta, que padres y maestros viven a partir de sus actuaciones, contrastando experiencias similares y considerando soluciones alternativas. Otra vía formativa es la creación de Escuelas de Padres, encaminadas a mejorar la competencia educativa de los propios padres y de propiciar ambientes favorables para el desarrollo de sus hijos en colaboración con el trabajo realizado por los profesores. CEAPA en estos últimos años ha ido perfilando un modelo de Escuelas de Padres, basado en la participación activa de sus miembros. En ambos casos, los Departamentos de Orientación de los centros tienen un papel que desarrollar dinamizando la participación y colaboración de padres-maestros y creando conjuntamente con las APAS Escuelas de Padres. D) Nivel de orientación personalizada: Por último en esta revisión que estamos realizando de la relación entre padres y profesores, no debemos olvidar la estrategia necesaria para satisfacer la demanda de «ayudas especiales», que superen el propio ámbito del centro educativo (inadaptaciones graves, estados de angustia, intentos juveniles de suicidio,...). En esta situación el papel de maestros y tutores, será el de informar a los especialistas y poner a éstos en contacto con ellos, al tiempo que colaborar con las pautas de actuación que éstos fijen. Los Equipos psicopedagógicos de sector pueden ocupar este marco de orientación.
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