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http://www.ciudadfutura.com/psico/tecnicas/tecnicas_estudio1.htm
"Estudiar
es situarse adecuadamente ante unos contenidos, interpretarlos,
asimilarlos, retenerlos, para después poder expresarlos en una situación
de examen o utilizarlos en la vida práctica".
Introducción
A algunos pudiera sorprenderle el hecho de que hay que aprender a
estudiar pero en realidad eso es lo que hay que hacer en muchos casos.
Probablemente el error se encuentra en la propia definición de
"estudiar", sinónimo para muchos de empollar, es decir,
memorizar sin comprender. Sin embargo, esto no es estudiar. Estudiar es un
trabajo profesional por un lado y por otro, un arte. Un arte entendido
como el dominio de una serie de destrezas, habilidades y técnicas, que se
aprenden con el ejercicio y que permiten la consecución del objetivo
propuesto, en este caso del estudio.
Dos son los objetivos esenciales que se pretenden con las líneas que
siguen. Por una parte, la aceptación de la responsabilidad que supone el
ser hoy un estudiante que se prepara para ser un buen profesional y, por
otro lado y dependiendo de lo anterior, comprender la necesidad de dominar
las técnicas antes mencionadas para alcanzar calidad en nuestro trabajo
en menos tiempo.
El estudio persigue dos objetivos fundamentales:
1. La adquisición de conocimientos.
2. La puesta en práctica de estos conocimientos.
Desde el punto de vista del desarrollo cultural y humano, el fin
esencial del estudio es la formación integral de la persona,
capacitándola para llevar una vida con plenitud, tanto a nivel individual
como colectivo, una existencia activa, consciente. Esta perspectiva resume
la idea de que los actos de la vida no se encuentran en compartimentos
cerrados sino que se relacionan unos con otros abiertamente. Por ello
estudiar no puede desligarse del continuo vital y sí involucrarse en la
filosofía personal, colaborando en conseguir el bienestar físico y
psicológico al que tenemos derecho. Para obtenerlo, no obstante, es
necesario responsabilizarse frente a esta tarea.
Así, no se trata únicamente de ofrecer una metodología de trabajo sino
que es preciso dotarla de calidad humana, de creatividad e incorporarla a
la dinámica de nuestra vida. Estudiar, visto bajo esta perspectiva, no
puede ser atiborrar de datos a nuestro cerebro, sino adquirir una buena
formación mental que nos posibilite aprehender el mundo e interpretar la
realidad. Esta habilidad mental podría definirse con las siguientes
características: flexibilidad, agilidad, capacidad crítica, creatividad,
curiosidad y sensibilidad intelectuales, capacidad para el análisis y
síntesis y facilidad de lectura y expresión. Estas características
pueden potenciarse y organizarse de modo que nuestro objetivo, estudiar,
se cumpla plenamente.
De lo dicho hasta aquí podemos concluir que lo importante no es la
cantidad de estudio, sino la calidad del mismo. Saber estudiar significa
saber cómo hay que pensar, observar, concentrarse, organizar y analizar,
en suma ser mentalmente eficiente.
Condiciones ambientales del estudio
Las personas que conviven con el estudiante ejercerán influencia
porque le presionarán más o menos, según sus propias expectativas y
deseos de éxito. Por otro lado, la tónica general de la armonía
familiar va a propiciar o no el mayor rendimiento en el estudio.
Los compañeros y los profesores también ejercen su influjo que
aumentará o no el deseo de aprender más, de comunicar esos nuevos
conocimientos.
El ambiente personal también hay que tenerlo en cuenta, es decir, las
condiciones internas de la persona que incluirían: nivel de motivación
hacia el estudio, objetivo final al que se quiere llegar y por qué, la
capacidad para afrontar los problemas y solucionarlos, el convencimiento
de que el estudio es una verdadera profesión y tiene sus dificultades.
Y finalmente el ambiente físico, es decir nuestras condiciones
físicas y el lugar de estudio.
Hay que procurar que el cuerpo esté bien al ponerse a estudiar, por
ejemplo, no estudiar después de una comida fuerte, una emoción, beber
alcohol, fumar mucho o tomar mucho café. Tampoco es adecuado después de
dormir mucho o demasiado poco. En suma, hay que mantener el cuerpo en
forma haciendo ejercicio y practicando una buena respiración, siguiendo
una dieta sana, durmiendo lo necesario y no abusando de las drogas mal
llamadas "blandas".
El sitio donde se desarrolla la verdadera tarea del estudiante es frente a
su mesa de trabajo. Es allí dónde, si ha conseguido crear las
condiciones de silencio, buena luz, muebles cómodos, material al alcance
de la mano, y le ha dado ese toque personal, cálido, podrá realmente
concentrarse y olvidando, precisamente esas condiciones físicas,
dedicarse a su labor intelectual. Además si toma el hábito de estudiar
en el mismo lugar, el proceso de concentración será más rápido y
eficaz.
Organización y planificación del estudio
Disponer de la planificación de nuestro trabajo es el primer paso a
realizar. Las razones que justifican la existencia de un horario son:
· Alivia
psicológicamente.
· Evita malgastar el
tiempo y estudiar más de lo necesario.
· Permite la
concentración.
· Ayuda a crear el
hábito del estudio.
· Permite estudiar lo
justo en el tiempo justo.
Para realizar nuestro horario personal debemos tener en cuenta los
siguientes elementos:
· Debe ser estructurado
semanalmente.
· Hay que tener en
cuenta los tiempos de todas nuestras actividades.
· Hay que hacer una
escala de autovaloración de las asignaturas según el agrado y el
grado de dificultad que representan para nosotros.
· Hay que distribuirse
lo más concretamente posible tanto las asignaturas como las tareas.
· Las asignaturas que
son parecidas nunca deben estudiarse seguidas.
· Dejar cada día un
rato para el ocio.
· Hacer ejercicio
físico habitualmente.
· Ser realista y
ajustarse a nuestro ritmo de vida.
· Su carácter es
provisional.
· Una vez determinado,
hay que cumplirlo.
· Debemos tenerlo
siempre a mano.
Existen dos causas principales que hacen fracasar el horario:
1. La distracción, que puede ser interna (pensamientos) o externa
(ruidos, familia, amigos,...)
2. El hecho de no valorar como importante el horario, lo que
conduce a su incumplimiento.
Las estrategias que podemos llevar a cabo para facilitar el
cumplimiento horario son:
· Efectuar períodos
más breves de estudio, pero manteniendo el nivel de horas
establecido.
· Tener las metas y los
propósitos concretizados al máximo.
· Intercalar más
descansos.
· Adecuar mejor el
lugar de estudio.
· Realizar ejercicios
de concentración.
· Estudiar en las
mejores horas para cada uno.
· Controlar el
pensamiento.
· Hacer comprender a la
familia y a los amigos la importancia de estudiar, para que respeten
dicha actividad.
· Conseguir "hacer
nuestro" el lugar donde trabajamos.
· Acudir asiduamente a
una biblioteca.
Estudiar de forma adecuada fatiga y existen unas técnicas que ayudan
al descanso del trabajo intelectual y al mismo tiempo favorecen la
concentración. Hay dos momentos en los que conviene reposar del trabajo:
1. Cuando paramos el trabajo y hacemos los descansos
correspondientes, hay tres niveles progresivos: cambio de trabajo
intelectual, cambio mental completo y cambio de ocupación total.
Asimismo existen una serie de ejercicios de relajación que pueden
practicarse: Relajación física de los sentidos (por ejemplo,
20" mirando a alguna cosa a una distancia de dos o más metros.
Con tranquilidad, pasivamente, con el pensamiento centrado en lo que
se mira como si fuera visto por primera vez). Relajación de los
músculos de la cabeza (por ejemplo, mover los músculos de la
frente varias veces hasta cansarlos, dejarlos ir y sentirlos
relajarse). Cambios de postura física para movilizar los músculos
inactivos durante el estudio y ejercicios respiratorios.
2. Cuando nos sentimos cansados para el trabajo intelectual: Si
piensas que estás fatigado te cansarás más, por lo tanto hay que
distraerse del cansancio, hay que observar si hay tensiones
internas que nos restan energía, hay que observar si estamos
aplicando bien las técnicas de lectura y relajar la vista. Si
aún así no podemos seguir trabajando, hay que posponerlo 15 o 20
minutos, durante los cuales realizaremos actividades completamente
distintas de estudiar.
Factores preliminares al estudio activo
Ya hemos analizado nuestras circunstancias personales y los ambientes
en que nos encontramos; hemos organizado nuestro tiempo , hemos observado
cuánto y cómo nos distraemos y estamos preparados para abordar
activamente el estudio. Sin embargo existen aún algunos elementos que
debemos conocer y dominar para acometer con éxito la tarea. Estos
elementos son, la atención y concentración, el aprendizaje y la memoria.
Atención y Concentración
Podemos definir la atención
como la aplicación de la mente a un objeto de manera exclusiva y durante
un tiempo determinado. Su objetivo es entender, conocer a fondo y grabar
en la memoria los conocimientos adquiridos.
Existen dos tipos de atención:
1. Involuntaria, es decir aquella en la que no ponemos intención.
Por ejemplo, un sonido fuerte, una voz conocida, una luz.
2. Voluntaria, que requiere una elección y como tal un esfuerzo
para salvar el conflicto de atracción que ejercen otros estímulos en
diverso sentido. Este tipo de atención es indispensable para obtener
rendimiento al estudiar.
La concentración es el mantenimiento prolongado de la
atención.
Para aumentar la capacidad de atención hay que trabajar sobre cinco
puntos:
1. Ejercitar la voluntad y el interés por el estudio, esto es,
estar motivado hacia él. Una persona está motivada cuando su acción
viene iniciada y sostenida desde dentro y la ayuda exterior sólo es
un incentivo momentáneo. Así: pensar a menudo porqué estudias,
buscar la utilidad concreta que pueda tener lo que estás haciendo
ahora, volver siempre a la tarea sin nervios y autorreforzarse.
2. Tratar adecuadamente los asuntos personales, de dos modos:
anotarlos y posponer su atención para después del estudio o bien, si
es una cuestión importante o irritante, darse un tiempo de 15 minutos
para pensar en ella y luego volver al estudio.
3. Entusiasmarse uno mismo con lo que está haciendo, teniendo en
cuenta el poder que tienen los pensamientos, de modo que éstos deben
ser positivos respecto a la tarea para que podamos sentirnos a gusto.
4. Procurar mantenerse físicamente en forma y sin tensiones a la
hora de estudiar.
5. Hacer ejercicios específicos para mejorar la atención. Por
ejemplo: Contar todas las "a" de una página de un libro
teniendo en cuenta el tiempo que tardas en hacerlo. Observar un objeto
cualquiera durante un minuto intentando recordarlo en el mínimo
detalle. Dibujarlo sin el modelo intentando buscar la exactitud de los
detalles.
El aprendizaje
Es un cambio en las
disposiciones y capacidades humanas, con relativa permanencia, y que no se
puede atribuir sólo al proceso de desarrollo de la persona. Depende de
las circunstancias personales y el momento evolutivo en que se encuentre.
Hay cuatro condiciones básicas para tener un aprendizaje óptimo:
· Querer aprender, es
decir, la voluntad ejercida libremente.
· Tener motivación para
aprender, es decir, saber el esfuerzo que supone y estar dispuesto a
realizarlo.
· Método que sistematice
los conocimientos.
· Distribución adecuada
del tiempo, que impida perderlo innecesariamente.
Además de estas condiciones básicas, hace falta conocer una serie de
funcionamientos del aprendizaje:
· Toda imagen evoca a
aquellas que se le parecen (Ley del parecido).
· Una imagen evoca a la
contraria (Ley del contraste).
· Una imagen evoca a
otra próxima en el espacio o en el tiempo (Ley de continuidad).
· Una imagen evoca
otras que tienen relación (Ley de las relaciones íntimas).
· Una imagen se une a
un efecto muy fuertemente si la emoción sentida es agradable (Ley del
interés).
Así, cuanto más relacionemos lo que aprendemos con estas leyes más
lo retendremos.
Las integraciones significativas son un paso más de las leyes anteriores
y consisten en combinar, integrar y extraer de los datos, el carácter
fundamental, que es independiente de los primeros datos. Es la labor de síntesis.
De esto, surgen unas leyes mentales, que es necesario poner en
práctica al estudiar y son:
1. Ley del Efecto: procurar asociar sentimientos agradables a todo
lo referente al estudio, ya que se recordará mejor.
2. Ley del Ejercicio: la repetición continuada y el repaso hace
muy fuerte la conexión entre los elementos estudiados, reduciendo
mucho el olvido.
3. Ley de la Predisposición o del Fin: una vez aceptada una meta,
el camino hacia ella se hace agradable, por tanto hemos de clarificar
cuanto sea posible nuestras metas en el estudio.
La memoria
La memoria es un conjunto
de procesos destinados a retener, evocar y reconocer los hechos pasados.
Está en estrecha relación con el interés y la atención, así como con
la adecuada operatividad del cerebro. Es imprescindible para la vida, ya
que sin ella la existencia se desarrollaría en un presente vacío de
significados. La memoria se sirve de los sentidos para recoger los hechos
y datos que luego serán nuevamente elaborados por la mente.
La eficacia de la memoria depende de los siguientes factores:
· Factores físicos: son
una alimentación equilibrada, descanso suficiente y correcta
respiración.
· Factores psíquicos:
ser realistas en nuestras metas y aspiraciones, controlar el pensamiento
y afrontar las situaciones problema y solucionarlas.
· Factores intelectuales:
debe existir verdadera motivación e interés en aprender para efectuar
la comprensión de los datos, factor imprescindible de la memorización.
Para facilitar el proceso de la memorización efectiva podemos utilizar
lo siguiente:
a. Asociación
de ideas: Organizar los
datos en unidades con sentido, agrupados de acuerdo a un principio
básico general, ya que así una idea evocará a otra.
b. Recodificar
el material: Imponer
nuestra propia estructura al material, cuidando que esa estructura sea
adecuada al contenido y utilizar nuestras capacidades sensoriales de
modo interrelacionado.
c. Fragmentar
el material: El
material a memorizar debe ser fragmentado en unidades con sentido que
memorizaremos una a una. Cuando hayamos terminado, realizaremos una
globalización de lo fragmentado.
d. Utilizar
el interés del estímulo:
La curiosidad y el verdadero interés, una buena concentración, la
ausencia de nervios y el superaprendizaje, ayudarán al proceso de
memorizar.
e. Repetición
regular: Este es el
mejor medio para garantizar la fortaleza del estímulo.
f. Características
personales: Es
necesaria la intención de aprender y la voluntad de asimilar, de modo
que es conveniente que nuestros estudios coincidan con nuestros gustos
personales.
g. Existen una serie de reglas mnemotécnicas (método simbólico)
que son aplicables a volúmenes o materiales muy concretos y no evitan
el hecho esencial de la memoria que es la comprensión.
Gloria Marsellach Umbert - Psicólogo |
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"La
buena redacción y presentación de un trabajo refleja que se ha dedicado
tiempo, se ha reflexionado y no se ha improvisado...
Es como una carta de presentación de nosotros mismos".
Los cinco pasos del estudio
Nosotros los denominaremos así:
· Prelectura
· Subrayado
· Lectura Analítica y
Resumen
· Esquema
· Repetición mental
activa
La Prelectura
sirve para obtener la idea global de lo que vamos a estudiar. Es necesario
como preparación de nuestro intelecto a recibir datos. Hemos de tener en
cuenta los siguientes pasos:
1. Conocer el nivel de exposición de conocimientos.
2. Estilo del autor
3. Lectura atenta del título
4. Conocer al autor
5. Fecha de edición
6. Lectura atenta del índice
7. Lectura del prólogo
8. Lectura de los títulos y subtítulos de los capítulos
9. Relacionar mentalmente las ideas nuevas
10. Recordar de memoria la visión general.
Estos pasos son progresivos y no siempre deben hacerse todos. Se han de
hacer mediante técnicas de lectura rápida.
El Subrayado
se utiliza para expresar las ideas principales de un texto. Para ello
debemos dominar la lectura comprensiva, sabiendo buscar y distinguir esas
ideas principales y sólo subrayar las palabras necesarias para expresar
la idea, no frases enteras.
Una vez realizado el subrayado ya conocemos lo que quiere expresar el
texto y es el momento de, tomando una actitud crítica, comprender,
asimilar y relacionar las ideas nuevas con nuestros conocimientos
anteriores y mentalmente formarnos un esquema donde colocarlos, a la vez
que nos formulamos preguntas sobre ellos para confirmar o no las
hipótesis presentadas. Esto nos permitirá efectuar un resumen
de lo expuesto, en el que:
· Lo explicaremos con
nuestras palabras
· Seremos fieles al texto
· Diferenciaremos nuestra
opinión de la del autor.
Según hemos ido realizando la comprensión del texto, hemos ido
jerarquizando y esquematizando los conceptos y este es el momento de
transcribirlos en un papel. El esquema
será siempre personal en la forma (abreviaturas, sistema de
clasificación) pero debe ser fiel a la idea del autor y diferenciar
nuestra opinión; estará constituido por una serie de palabras-estímulo
significativas para nosotros y que nos permitirá "rellenar" con
el texto completo; es también una buena ayuda para la memoria visual. Las
ideas principales se expresarán a la izquierda para en la derecha colocar
las secundarias. Cuando ya lo tenemos montado hay que hacer una lectura
lenta del esquema junto con una rápida del subrayado para ver si lo
entendemos. Si hay conceptos repetidos habrá que eliminarlos y si hay
vacíos, habrá que volver a consultar para completar.
La repetición
mental activa es el
punto decisivo para el éxito. Si una vez realizado el estudio activo no
nos ocupamos de su consolidación en la memoria, prácticamente no será
útil. Así, utilizando sólo el esquema me repito, preferentemente en voz
alta, el contenido íntegro del texto, consultando donde no recuerde bien
y efectúo la repetición las veces que sean necesarias hasta sentir los
conocimientos bien consolidados.
El repaso y el olvido
El repaso nos permite tener disponibles las cosas que hemos aprendido
anteriormente y es necesario porque las cosas con el tiempo se olvidan.
El tiempo ideal para hacer el primer repaso es transcurridas 8 horas y el
segundo repaso a las 8 horas siguientes al primero. De este modo parece
que la posibilidad de evocar lo aprendido al cabo de un mes es del 60%.
Para que esto sea cierto los repasos deben estar bien hechos lo cual
significa que una vez efectuado un repaso los contenidos vuelven a estar
en la memoria al 100%.
Para repasar hay que:
1. Escribir el esquema de memoria
2. Hacer la repetición mental activa mirándolo (oral o escrito)
3. Consultar con el resumen las posibles lagunas
4. Hecho esto, repetir mentalmente de nuevo
5. Aunque es optativo, resulta aconsejable hacerse preguntas de examen y
responderlas.
El método más rápido es el oral (que tiene la ventaja de que aprendes
"oyéndote") pero si es escrito ayuda al sobreaprendizaje, tan
útil para memorizar.
Una equivocación es repasar pocas horas antes del examen todo. Lo
ideal sería ir repasando o bien cada día lo anterior, un día a la
semana, etc...
Si durante un examen nos quedamos "en blanco", debemos:
· No ponernos nerviosos
(se debe a una inhibición que paraliza la función de la memoria).
· Dejar ese tema y
abordar otro.
· Buscar ideas
relacionadas que nos lleven nuevamente al tema.
· No dejar de escribir o
de hablar aunque sean divagaciones.
· Saber que durará sólo
unos minutos y luego nos recuperaremos.
Saber escuchar y tomar apuntes
Todos los pasos que hemos explicado para leer un libro se aplican
igualmente en el momento de escuchar en clase. Existen unos factores
previos al escuchar que son: tener a punto el material, tener una actitud
de interés y aceptación hacia el profesor, mantener una postura física
correcta y estar en silencio.
Asimismo son necesarios otros factores de orden intelectual, tales como
saber de qué tratará la clase, tomar apuntes y repasarlos en el período
de tiempo adecuado.
Para tomar apuntes de forma efectiva, hemos de ajustarnos a las
siguientes normas:
· Ordenar visualmente las
notas
· Escribir sólo las
ideas principales
· Tomar apuntes en
limpio: orden, claridad y subrayado.
· Orden para cada
asignatura
· Letra legible para
nosotros (hemos de poder leerlos tan rápido como un libro)
· Antes de cada clase hay
que revisar los apuntes anteriores.
· Escribir literalmente
sólo las definiciones.
· Anotar las referencias
bibliográficas.
Cómo desarrollar un tema por escrito
Un trabajo por escrito puede ayudar al estudiante de tres formas:
· Le obliga a organizar
el pensamiento
· Le capacita para medir
sus fuerzas y descubrir los puntos débiles
· Puede practicar la
redacción, tan útil en los exámenes.
Muchas de las dificultades que se presentan al escribir un trabajo,
surgen del hecho de que el estudiante no ha planificado cuidadosamente lo
que el tema escrito requiere. Esta planificación consta de los siguientes
pasos:
1. Recogida de material
2. Planificación del trabajo
3. Redacción
4. Nueva redacción
5. Presentación externa
Una vez decidida la naturaleza y el objetivo del trabajo hay que pensar
o escribir algunas preguntas sobre el tema que nos orienten en la
búsqueda del material. Hay que empezar rápidamente a trabajar y tener un
cuaderno de apuntes donde anotar cuantas ideas referentes al caso se nos
ocurran. La mayor fuente de información será la lectura pero no hay que
descuidar otras como las conversaciones con compañeros, seminarios,
etc..que pueden hacer aportaciones de importancia.
Antes de pasar a la confección del trabajo, es necesario: seleccionar
el material y confeccionar un esquema. Con un esquema bien planificado
más las notas extraídas de la investigación, se puede comenzar la
redacción. Una forma es empezarla por el último párrafo del trabajo,
porque da buena orientación al escrito al saber exactamente a la
conclusión que lleva y asegura que el trabajo termine de una forma firme
y decidida.
En la redacción hay que escribir lo mejor posible pero pensando en
rectificar lo que sea necesario. El estilo debe ser directo y claro. La
composición del escrito debe reflejar la estructura del esquema y para
ello usaremos títulos y subtítulos. No hay que olvidar la ayuda de los
gráficos y, algo importante, distinguir perfectamente entre las ideas
propias y las de otros autores. Al finalizar adjuntar una bibliografía
extensa.
Una vez hecha esta primera redacción es conveniente dejar pasar unos
días para volver a retomarla y hacer una valoración crítica sobre la
misma e inclusive darlo a leer a un compañero para que también haga una
valoración.
Como orientación para efectuar una crítica, están éstas preguntas:
· ¿Responde el trabajo
a la cuestión del tema?
· ¿Trata los puntos
esenciales con la profundidad suficiente?
· ¿Es correcto y
significativo el contenido?
· ¿Se ha utilizado
lógicamente el material?
· ¿Está cada punto
bien ilustrado con ejemplos?
· ¿Se distinguen las
ideas propias de las de otros autores?
· ¿Se citan todas las
fuentes?
· ¿Es adecuada la
extensión del trabajo respecto de su objetivo?
· ¿Está escrito con
sencillez?
· ¿Está correcto
gramaticalmente?
En ningún caso hay que descuidar la presentación externa del trabajo.
Una manera de motivarnos en su realización conviene pensar en el trabajo,
no como un obstáculo a superar, sino como un medio de agudizar el ingenio
y una expresión personal del nivel de conocimientos y comprensión.
Gloria Marsellach Umbert - Psicólogo |
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