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El escolar y el adolescente se comportan, a veces, de modo diverso en la escuela y en el ámbito familiar. Se precisa, pues, un encuentro de intercambio de ideas que promueva un completo desarrollo de la personalidad del alumno y del hijo sobre el que son responsables.

Se trata de desarrollar conjuntamente un plan de acción, no tanto para encontrar soluciones mutuas que resuelvan todos los problemas, cuanto para buscar unos métodos y medios que orienten la actividad del alumno en una misma dirección, no sólo en el desarrollo de hábitos y actitudes, sino también en el rendimiento.

LÁZARO y ASENSI (1987) facilitan a los tutores una serie de sugerencias prácticas para las entrevistas con los padres:

SUGERENCIAS PRÁCTICAS PARA LAS ENTREVISTAS CON PADRES

1. Señalar un horario para evitar inoportunas coincidencias.

2. Prepararías con cuidado, según se trate de entrevista inicial, periódica o final. Estudiar previamente el expediente y evolución del alumno.

3. Disponer de un ambiente lo más agradable posible.

4. Rodear la entrevista de un clima de simpatía y amabilidad

5. Referirse al alumno de modo favorable y destacando lo positivo; esto motivará la apertura de los padres.

6. Usar un vocabulario sencillo y adaptado a ellos, claro y concreto, explicando, en todo caso, los tecnicismos. Estar atento al contenido afectivo e ideológico de ciertas palabras.

7 - Mantener una actitud de sinceridad y veracidad, aunque no resulte siempre agradable; juzgar con suavidad y discreción, aceptar a los padres como son y ser prudente en los comentarios y críticas.

8 . Ser el conductor de la entrevista: el que sigue un esquema y toma notas. Puede desvirtuarse si los padres toman la iniciativa con sus demandas y argumentaciones.

9 . Realizar un registro de los datos más relevantes para entender la conducta de los chicos y resolver sus problemas.

10. Aplicar previamente un cuestionario familiar, así, el tutor puede aclarar algunos puntos de vista y completar otros en el transcurso de la entrevista.

 

Además es de gran eficacia incorporar al alumno a la entrevista con sus padres en un momento determinado.

El estudiante no debe ser ajeno a los contactos familia-colegio. Él debiera ser el mensajero ordinario en la concreción de las fechas de las entrevistas entre sus padres y su tutor. A partir del ciclo superior de E.G.B. y, por supuesto, en BUP, el alumno debe participar en las entrevistas.

El primer objetivo que ha de tener claro el estudiante es que en las entrevistas padres-tutores el tema de conversación es él mismo. No se trata de confabularse contra él, sino de favorecer la marcha de su aprendizaje, buscando lo más conveniente para él. En este punto quien más claridad puede arrojar sobre el tema es el propio alumno que conoce mejor que nadie su suficiencia y sus deficencias.

Mi experiencia personal en este punto es muy positiva. Aspectos tan concretos como tiempo de dedicación al estudio, incomunicación padres-hijo, ayudas concretas en el trabajo escolar, actividades extraescolares" cte., se han planteado en las, entrevistas con la mayor naturalidad y se han encontrado en muchas ocasiones decisiones o atisbos de soluciones muy favorables.

Existen, sin embargo, unas condiciones mínimas o esenciales para que una entrevista sea fructífera y son en expresión de ZARA y MINA (citados por RÍOS GONZÁLEZ, 1972) las siguientes:

- Que padres y educadores estén convencidos de que la misión que tienen es común.

- Que ese convencimiento sea una nueva motivación para organizar y despertar nuevas actitudes, y

- Que estas actitudes los impulsen, a cada cual desde su situación y en función de sus objetivos, a un diálogo y a una colaboración sincera".

 

Este proceso exige una apertura general del centro que informe a los padres y tutores sobre ese ambiente de colaboración mutua que debe existir en función del perfeccionamiento continuo de los estudiantes.