REAL DECRETO 732/1995, DE 5 DE MAYO, POR EL QUE SE ESTABLECEN
LOS DERECHOS Y DEBERES DE LOS ALUMNOS Y LAS NORMAS DE CONVIVENCIA EN LOS
CENTROS.
Disposición-Fecha: 05-05-1995
Publicación- Fecha: 02-06-1995
BOE- Número: 131/1995
Página: 16185
Texto:
En la educación se transmiten y ejercitan los valores que
hacen posible la vida en sociedad y se adquieren los hábitos de convivencia y
de respeto mutuo. Por ello, la formación en el respeto de los derechos y
libertades fundamentales y en el ejercicio de la tolerancia y de la libertad
dentro de los principios democráticos de convivencia es, de acuerdo con el
artículo 1 de la Ley Orgánica 1/1990, de 3 de octubre, de Ordenación General
del Sistema Educativo, uno de los fines primordiales que debe perseguir el
sistema educativo.
A la consecución de este fin deben contribuir no sólo los
contenidos formativos transmitidos en cada una de las etapas del sistema
educativo, sino también, muy especialmente, el régimen de convivencia
establecido en el centro. Las normas de convivencia del centro, regulando los
derechos y deberes del alumno, deben propiciar el clima de responsabilidad, de
trabajo y esfuerzo, que permita que todos los alumnos obtengan los mejores
resultados del proceso educativo y adquieran los hábitos y actitudes recogidos
en la Ley Orgánica de Ordenación General del Sistema Educativo.
Desde esta concepción, es necesario que el alumno perciba
que las normas de convivencia no son ajenas al centro, sino que han sido
elaboradas y adoptadas por el conjunto de la comunidad educativa. Por ello, en
la definición y aplicación del ejercicio efectivo de los derechos y deberes de
los alumnos, es importante que se potencie la autonomía del centro.
Es necesario, además, que los derechos reconocidos a los
alumnos en la Ley Orgánica 8/1985, de 3 de julio, reguladora del Derecho a la
Educación, y que se desarrollan en el presente Real Decreto, impregnen la
organización del centro, de manera que, superando los límites de la mera
declaración programática, los alumnos puedan percibir su incidencia en la vida
cotidiana en el centro. Ello sólo es posible si, respetando lo dispuesto en las
leyes, el Reglamento de régimen interior del centro desarrolla, concreta y
adapta los derechos declarados a las especiales condiciones del centro, a su
proyecto educativo y a las necesidades propias de la edad y madurez personal de
sus alumnos.
Ambas necesidades llevan, por consiguiente, a la conveniencia
de dotar a los centros educativos de una gran autonomía, tanto en la
delimitación de sus normas de convivencia como en el establecimiento de los
mecanismos que permitan garantizar su cumplimiento. Esta autonomía de
organización debe, además, entenderse de manera global, enlazada con una
ampliación de los márgenes de actuación en otros campos: en la adaptación
del currículo, en la definición de la oferta educativa y en la administración
de los recursos. El desarrollo armónico de la autonomía en estos ámbitos,
recogidos en el Título IV de la Ley Orgánica de Ordenación General del
Sistema Educativo, permitirá alcanzar unos niveles aceptables de calidad en la
enseñanza.
El deber más importante de los alumnos es el de aprovechar
positivamente el puesto escolar que la sociedad pone a su disposición. Por
ello, el interés por aprender y la asistencia a clase, es decir, el deber del
estudio es la consecuencia del derecho fundamental a la educación.
Por otra parte, en la definición y exigencia de los deberes,
es preciso tener en cuenta que el objetivo último que debe perseguirse es
alcanzar, con la colaboración de todos los sectores de la comunidad educativa,
un marco de convivencia y autorresponsabilidad que haga prácticamente
innecesaria la adopción de medidas disciplinarias. En todo caso, cuando éstas
resulten inevitables, las correcciones deberán tener un carácter educativo y
deberán contribuir al proceso general de formación y recuperación del alumno.
En la vida de los centros docentes actúan diferentes
colectivos que se rigen por normas específicas; de entre ellas, tiene especial
importancia desde el punto de vista educativo la que se refiere a la actuación
de los alumnos, regulada mediante el Real Decreto 1543/1988. Se ha juzgado
necesario por ello, y a la vista de estos principios y de la experiencia en la
aplicación de dicha norma, elaborar un nuevo Real Decreto que recoja los
derechos y deberes de los alumnos y, en general, que ayude a regular las normas
de convivencia de los centros. Se pretende con él potenciar la autonomía de
los centros en la definición de su régimen de convivencia, ampliar los
derechos de los alumnos, suprimir aquellas sanciones que conlleven la pérdida
del derecho a la evaluación continua del alumno y establecer un régimen
especial para la corrección rápida de aquellas conductas que no perjudiquen
gravemente la convivencia en el centro, inserta en el proceso de formación del
alumno.
En su virtud, a propuesta del Ministro de Educación y
Ciencia, previo informe del Consejo Escolar del Estado, de acuerdo con el
Consejo de Estado y previa deliberación del Consejo de Ministros en su reunión
del día 5 de mayo de 1995,
DISPONGO:
TITULO I
Disposiciones generales
Artículo 1.
Lo dispuesto en este Real Decreto será de aplicación, en el
ámbito territorial de gestión del Ministerio de Educación y Ciencia, a los
alumnos de los centros sostenidos con fondos públicos que impartan alguna de
las enseñanzas reguladas en la Ley Orgánica 1/1990, de 3 de octubre, de
Ordenación General del Sistema Educativo.
Artículo 2.
Todos los alumnos tienen los mismos derechos y deberes
básicos sin más distinciones que las derivadas de su edad y de las enseñanzas
que se encuentren cursando.
Artículo 3.
El ejercicio de los derechos y deberes de los alumnos se
realizará en el marco de los fines que a la actividad educativa atribuye el
artículo 2 de la Ley Orgánica 8/1985, de 3 de julio, reguladora del Derecho a
la Educación, y los artículos 1 y 2 de la Ley Orgánica 1/1990, de 3 de
octubre, de Ordenación General del Sistema Educativo.
Artículo 4.
La Administración educativa y los órganos de gobierno de
los centros docentes, en el ámbito de sus respectivas competencias, velarán
por el correcto ejercicio de los derechos y deberes de los alumnos y
garantizarán su efectividad de acuerdo con el presente Real Decreto.
Artículo 5.
El Consejo Escolar del centro es el órgano competente para
la resolución de los conflictos y la imposición de sanciones en materia de
disciplina de los alumnos, de acuerdo con lo establecido en los artículos 42 y
57 de la Ley Orgánica reguladora del Derecho a la Educación y en los
respectivos Reglamentos orgánicos de los centros.
Artículo 6.
El Consejo Escolar velará por el correcto ejercicio de los
derechos y deberes de los alumnos. Para facilitar dicho cometido se constituirá
una Comisión de convivencia, compuesta por profesores, padres y alumnos,
elegidos por el sector correspondiente, y que será presidida por el Director.
Las funciones principales de dicha Comisión serán las de resolver y mediar en
los conflictos planteados y canalizar las iniciativas de todos los sectores de
la comunidad educativa para mejorar la convivencia, el respeto mutuo y la
tolerancia en los centros docentes. Todo ello a los efectos de garantizar una
aplicación correcta de lo dispuesto en este Real Decreto.
Artículo 7.
Los órganos de gobierno del centro, así como la Comisión
de convivencia, adoptarán las medidas preventivas necesarias para garantizar
los derechos de los alumnos y para impedir la comisión de hechos contrarios a
las normas de convivencia del centro. Con este fin se potenciará la
comunicación constante y directa con los padres o representantes legales de los
alumnos.
Artículo 8.
El Consejo Escolar elaborará, siempre que lo estime oportuno
y, en todo caso, una vez al año, un informe que formará parte de la memoria de
final de curso sobre el funcionamiento del centro, en el que se evaluarán los
resultados de la aplicación de las normas de convivencia, dando cuenta del
ejercicio por los alumnos de sus derechos y deberes, analizando los problemas
detectados en su aplicación efectiva y proponiendo la adopción de las medidas
oportunas. La Inspección técnica de Educación examinará dicho informe y
propondrá al centro o, en su caso, a las autoridades educativas las medidas que
considere convenientes.
Artículo 9.
El Reglamento de régimen interior aprobado por el Consejo
Escolar, que en los centros públicos forma parte del proyecto educativo,
contendrá las normas de convivencia del centro, así como las otras normas
sobre organización y participación en la vida del centro que considere
necesarias el Consejo Escolar. Dichas normas de convivencia podrán precisar y
concretar los derechos y deberes de los alumnos reconocidos en este Real
Decreto.
TITULO II
De los derechos de los alumnos
Artículo 10.
1. Todos los miembros de la comunidad educativa están
obligados al respeto de los derechos que se establecen en el presente Real
Decreto.
2. El ejercicio de sus derechos por parte de los alumnos
implicará el reconocimiento y respeto de los derechos de todos los miembros
de la comunidad educativa.
Artículo 11.
1. Los alumnos tienen derecho a recibir una formación que
asegure el pleno desarrollo de su personalidad.
2. La formación a que se refiere el apartado anterior se
ajustará a los fines y principios contenidos en los artículos 1 y 2 de la
Ley Orgánica 1/1990, de 3 de octubre, de Ordenación General del Sistema
Educativo.
3. El pleno desarrollo de la personalidad del alumno exige
una jornada de trabajo escolar acomodada a su edad y una planificación
equilibrada de sus actividades de estudio.
Artículo 12.
1. En el marco del Título V de la Ley Orgánica de
Ordenación General del Sistema Educativo, sobre compensación de
desigualdades en la educación, todos los alumnos tienen derecho a las mismas
oportunidades de acceso a los distintos niveles de enseñanza. En los niveles
no obligatorios no habrá más limitaciones que las derivadas de su
aprovechamiento o de sus aptitudes para el estudio.
2. La igualdad de oportunidades se promoverá mediante:
a) La no discriminación por razón de nacimiento; raza;
sexo; capacidad económica; nivel social; convicciones políticas, morales o
religiosas, así como por discapacidades físicas, sensoriales y psíquicas,
o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.
b) El establecimiento de medidas compensatorias que
garanticen la igualdad real y efectiva de oportunidades.
c) La realización de políticas educativas de
integración y de educación especial.
3. Los centros desarrollarán las iniciativas que eviten la
discriminación de los alumnos, pondrán especial atención en el respeto de
las normas de convivencia y establecerán planes de acción positiva para
garantizar la plena integración de todos los alumnos del centro.
Artículo 13.
1. Los alumnos tienen derecho a que su rendimiento escolar
sea evaluado con plena objetividad.
2. Con el fin de garantizar el derecho a la evaluación con
criterios objetivos, los centros deberán hacer públicos los criterios
generales que se van a aplicar para la evaluación de los aprendizajes y la
promoción de los alumnos.
3. A fin de garantizar la función formativa que ha de
tener la evaluación y lograr una mayor eficacia del proceso de aprendizaje de
los alumnos, los tutores y los profesores mantendrán una comunicación fluida
con éstos y sus padres en lo relativo a las valoraciones sobre el
aprovechamiento académico de los alumnos y la marcha de su proceso de
aprendizaje, así como acerca de las decisiones que se adopten como resultado
de dicho proceso.
4. Los alumnos o sus padres o tutores podrán reclamar
contra las decisiones y calificaciones que, como resultado del proceso de
evaluación, se adopten al finalizar un ciclo o curso. Dicha reclamación
deberá basarse en la inadecuación de la prueba propuesta al alumno en
relación con los objetivos o contenidos del área o materia sometida a
evaluación y con el nivel previsto en la programación, o en la incorrecta
aplicación de los criterios de evaluación establecidos.
5. La Administración educativa establecerá el
procedimiento para la formulación y tramitación de las reclamaciones contra
las calificaciones y decisiones que, como consecuencia del proceso de
evaluación, se adopten al final de un ciclo o curso.
Artículo 14.
1. Todos los alumnos tienen derecho a recibir orientación
escolar y profesional para conseguir el máximo desarrollo personal, social y
profesional, según sus capacidades, aspiraciones o intereses.
2. De manera especial, se cuidará la orientación escolar
y profesional de los alumnos con discapacidades físicas, sensoriales y
psíquicas, o con carencias sociales o culturales.
3. La orientación profesional se basará únicamente en
las aptitudes y aspiraciones de los alumnos y excluirá toda diferenciación
por razón de sexo. La Administración educativa y los centros desarrollarán
las medidas compensatorias necesarias para garantizar la igualdad de
oportunidades en esta materia.
4. Para hacer efectivo el derecho de los alumnos a la
orientación escolar y profesional, los centros recibirán los recursos y el
apoyo necesario de la Administración educativa, que podrá promover a tal fin
la cooperación con otras Administraciones e instituciones.
5. Los centros que impartan educación secundaria,
formación profesional de grado superior y enseñanzas artísticas se
relacionarán con las instituciones o empresas públicas y privadas del
entorno, a fin de facilitar a los alumnos el conocimiento del mundo del empleo
y la preparación profesional que habrán de adquirir para acceder a él.
Además, estos centros podrán incluir en su programación general anual las
correspondientes visitas o actividades formativas.
Artículo 15.
Todos los alumnos tienen derecho a que su actividad
académica se desarrolle en las debidas condiciones de seguridad e higiene.
Artículo 16.
1. Los alumnos tienen derecho a que se respete su libertad
de conciencia, sus convicciones religiosas, morales o ideológicas, así como
su intimidad en lo que respecta a tales creencias o convicciones.
2. En el marco de lo establecido en la Ley Orgánica
reguladora del Derecho a la Educación y en la Ley Orgánica de Ordenación
General del Sistema Educativo, el derecho a que se refiere el apartado
anterior se garantiza mediante:
a) La información, antes de formalizar la matrícula,
sobre el proyecto educativo o sobre el carácter propio del centro.
b) El fomento de la capacidad y actitud crítica de los
alumnos que posibilite a los mismos la realización de opciones de
conciencia en libertad.
c) La elección por parte de los alumnos o de sus padres
o tutores, si aquéllos son menores de edad, de la formación religiosa o
moral que resulte acorde con sus creencias o convicciones, sin que de esta
elección pueda derivarse discriminación alguna.
Artículo 17.
Todos los alumnos tienen derecho a que se respete su
integridad física y moral y su dignidad personal, no pudiendo ser objeto, en
ningún caso, de tratos vejatorios o degradantes.
Artículo 18.
Los centros docentes estarán obligados a guardar reserva
sobre toda aquella información de que dispongan acerca de las circunstancias
personales y familiares del alumno. No obstante, los centros comunicarán a la
autoridad competente las circunstancias que puedan implicar malos tratos para el
alumno o cualquier otro incumplimiento de los deberes establecidos por las leyes
de protección de los menores.
Artículo 19.
1. Los alumnos tienen derecho a participar en el
funcionamiento y en la vida de los centros, en la actividad escolar y en la
gestión de los mismos, de acuerdo con lo dispuesto en la Ley Orgánica
reguladora del Derecho a la Educación y en los respectivos Reglamentos
orgánicos.
2. La participación de los alumnos en el Consejo Escolar
del Estado, en los Consejos Escolares Territoriales y en los Consejos
Escolares de los centros, o en otros órganos de gobierno que, en su caso, se
establezcan, se realizará de acuerdo con las disposiciones vigentes al
respecto.
Artículo 20.
Los alumnos tienen derecho a elegir, mediante sufragio
directo y secreto, a sus representantes en el Consejo Escolar y a los delegados
de grupo en los términos establecidos en los correspondientes Reglamentos
orgánicos de los centros.
Artículo 21.
Las Juntas de delegados tendrán las atribuciones, funciones
y derechos que les asignen los correspondientes Reglamentos orgánicos.
Artículo 22.
1. Los delegados no podrán ser sancionados por el
ejercicio de sus funciones como portavoces de los alumnos, en los términos de
la normativa vigente.
2. Los miembros de la Junta de delegados, en ejercicio de
sus funciones, tendrán derecho a conocer y a consultar las actas de las
sesiones del Consejo Escolar, y cualquier otra documentación administrativa
del centro que les afecte, salvo aquella cuya difusión pudiera afectar al
derecho a la intimidad de las personas o al normal desarrollo de los procesos
de evaluación académica.
3. El Jefe de estudios facilitará a la Junta de delegados
un espacio adecuado para que pueda celebrar sus reuniones y los medios
materiales necesarios para su correcto funcionamiento.
Artículo 23.
Los alumnos tienen derecho a asociarse, creando asociaciones,
federaciones y confederaciones de alumnos, las cuales podrán recibir ayudas,
todo ello en los términos previstos en la legislación vigente. Igualmente,
tienen derecho a constituir cooperativas en los términos previstos en la Ley
3/1987, de 2 de abril, General de Cooperativas.
Artículo 24.
Los alumnos podrán asociarse una vez terminada su relación
con el centro, al término de su escolarización, en entidades que reúnan a los
antiguos alumnos y colaborar a través de ellas en el desarrollo de las
actividades del centro.
Artículo 25.
Los alumnos tienen derecho a ser informados por los miembros
de la Junta de delegados y por los representantes de las asociaciones de alumnos
tanto de las cuestiones propias de su centro como de las que afecten a otros
centros docentes y al sistema educativo en general.
Artículo 26.
Los alumnos tienen derecho a la libertad de expresión sin
perjuicio de los derechos de todos los miembros de la comunidad educativa y el
respeto que merecen las instituciones de acuerdo con los principios y derechos
constitucionales.
Artículo 27.
Los alumnos tienen derecho a manifestar su discrepancia
respecto a las decisiones educativas que les afecten. Cuando la discrepancia
revista carácter colectivo, la misma será canalizada a través de los
representantes de los alumnos en la forma establecida en la normativa vigente.
Artículo 28.
1. En los términos previstos en el artículo 8 de la Ley
Orgánica reguladora del Derecho a la Educación, los alumnos podrán reunirse
en sus centros docentes para actividades de carácter escolar o extraescolar
que formen parte del proyecto educativo del centro, así como para aquellas
otras a las que pueda atribuirse una finalidad educativa o formativa.
2. Los Directores de los centros garantizarán el ejercicio
del derecho de reunión de los alumnos dentro del horario del centro. Los
Reglamentos de régimen interior de los centros establecerán el horario que
se reserve al ejercicio de este derecho. Dentro de las atribuciones de
dirección y coordinación que les confiere la Ley Orgánica 8/1985, de 3 de
julio, reguladora del Derecho a la Educación, los órganos competentes de los
centros facilitarán el uso de los locales y su utilización para el ejercicio
del derecho de reunión.
Artículo 29.
Los alumnos tienen derecho a utilizar las instalaciones de
los centros con las limitaciones derivadas de la programación de actividades
escolares y extraescolares y con las precauciones necesarias en relación con la
seguridad de las personas, la adecuada conservación de los recursos y el
correcto destino de los mismos.
Artículo 30.
Los alumnos tienen derecho a participar, en calidad de
voluntarios, en las actividades de los centros docentes.
Artículo 31.
1. Los alumnos tienen derecho a percibir las ayudas
precisas para compensar posibles carencias de tipo familiar, económico y
sociocultural, de forma que se promueva su derecho de acceso a los distintos
niveles educativos.
2. La Administración educativa garantizará este derecho
mediante una política de becas y los servicios de apoyo adecuados a las
necesidades de los alumnos.
3. La Administración educativa establecerá las medidas
oportunas para compatibilizar la continuación de los estudios con el servicio
militar o la prestación social sustitutoria en la medida en que éstos lo
permitan.
4. Los alumnos forzados a un traslado obligatorio del lugar
de residencia habitual recibirán asimismo especial atención.
5. Los centros docentes mantendrán relaciones con otros
servicios públicos y comunitarios para atender las necesidades de todos los
alumnos y especialmente de los desfavorecidos sociocultural y económicamente.
Artículo 32.
1. En las condiciones académicas y económicas que se
establezcan, los alumnos que padezcan infortunio familiar tendrán la
protección social oportuna para que aquél no determine la imposibilidad de
continuar y finalizar los estudios que se encuentren cursando.
2. La protección social a que se refiere el apartado
anterior comprenderá el establecimiento de un adecuado régimen de becas y,
en su caso, la adjudicación de plazas en residencias estudiantiles.
3. En función de las disponibilidades presupuestarias, los
poderes públicos promoverán la concesión de ayudas a familias que acojan
alumnos acreedores de protección social.
4. Los alumnos tendrán cubierta la asistencia médica y
hospitalaria y gozarán de cobertura sanitaria en los términos previstos en
la legislación vigente.
5. En casos de accidente o de enfermedad prolongada, los
alumnos tendrán derecho a la ayuda precisa, ya sea a través de la
orientación requerida, material didáctico y las ayudas necesarias, para que
el accidente o enfermedad no suponga detrimento de su rendimiento escolar.
Artículo 33.
Cuando no se respeten los derechos de los alumnos, o cuando
cualquier miembro de la comunidad educativa impida el efectivo ejercicio de
dichos derechos, el órgano competente del centro adoptará las medidas que
procedan conforme a lo dispuesto en la legislación vigente, previa audiencia de
los interesados y consulta, en su caso, al Consejo Escolar del centro.
Artículo 34.
En el Reglamento de régimen interior de los institutos que
impartan enseñanzas en régimen nocturno se tendrá en cuenta esta
circunstancia cuando se trate de fijar los criterios que puedan dar lugar a una
valoración adecuada de la inasistencia a clase de los alumnos, a los efectos de
fijar las correcciones en los términos a que se refiere el artículo 43.
TITULO III
De los deberes de los alumnos
Artículo 35.
El estudio constituye un deber básico de los alumnos y se
concreta en las siguientes obligaciones:
a) Asistir a clase con puntualidad y participar en las
actividades orientadas al desarrollo de los planes de estudio.
b) Cumplir y respetar los horarios aprobados para el
desarrollo de las actividades del centro.
c) Seguir las orientaciones del profesorado respecto de su
aprendizaje y mostrarle el debido respeto y consideración.
d) Respetar el ejercicio del derecho al estudio de sus
compañeros.
Artículo 36.
Los alumnos deben respetar la libertad de conciencia y las
convicciones religiosas y morales, así como la dignidad, integridad e intimidad
de todos los miembros de la comunidad educativa.
Artículo 37.
Constituye un deber de los alumnos la no discriminación de
ningún miembro de la comunidad educativa por razón de nacimiento, raza, sexo o
por cualquier otra circunstancia personal o social.
Artículo 38.
Los alumnos deben respetar el proyecto educativo o el
carácter propio del centro, de acuerdo con la legislación vigente.
Artículo 39.
Los alumnos deben cuidar y utilizar correctamente los bienes
muebles y las instalaciones del centro y respetar las pertenencias de los otros
miembros de la comunidad educativa.
Artículo 40.
Los alumnos tienen el deber de participar en la vida y
funcionamiento del centro.
TITULO IV
Normas de convivencia
CAPITULO I
Disposiciones generales
Artículo 41.
Las normas de convivencia del centro, recogidas en el
Reglamento de régimen interior, podrán concretar los deberes de los alumnos y
establecerán las correcciones que correspondan por las conductas contrarias a
las citadas normas. Todo ello, de acuerdo con lo dispuesto en este título.
Artículo 42.
Los incumplimientos de las normas de convivencia habrán de
ser valorados considerando la situación y las condiciones personales del
alumno.
Artículo 43.
1. Las correcciones que hayan de aplicarse por el
incumplimiento de las normas de convivencia habrán de tener un carácter
educativo y recuperador, deberán garantizar el respeto a los derechos del
resto de los alumnos y procurarán la mejora en las relaciones de todos los
miembros de la comunidad educativa.
2. En todo caso, en la corrección de los incumplimientos
deberá tenerse en cuenta:
a) Ningún alumno podrá ser privado del ejercicio de su
derecho a la educación, ni, en el caso de la educación obligatoria, de su
derecho a la escolaridad, de acuerdo con lo dispuesto en el apartado 3 del
artículo 53 del presente Real Decreto.
b) No podrán imponerse correcciones contrarias a la
integridad física y a la dignidad personal del alumno.
c) La imposición de las correcciones previstas en este
Real Decreto respetará la proporcionalidad con la conducta del alumno y
deberá contribuir a la mejora de su proceso educativo.
d) De acuerdo con lo dispuesto en el artículo 48 del
presente Real Decreto, los órganos competentes para la instrucción del
expediente o para la imposición de correcciones deberán tener en cuenta la
edad del alumno, tanto en el momento de decidir su incoación o
sobreseimiento como a efectos de graduar la aplicación de la sanción
cuando proceda.
e) Se tendrán en cuenta las circunstancias personales,
familiares o sociales del alumno antes de resolver el procedimiento
corrector. A estos efectos, se podrán solicitar los informes que se estimen
necesarios sobre las aludidas circunstancias y recomendar, en su caso, a los
padres o a los representantes legales del alumno o a las instancias
públicas competentes la adopción de las medidas necesarias.
f) El Consejo Escolar determinará si la inasistencia a
clase de los alumnos por razones generales y comunicadas previamente por la
Junta de delegados no deba ser objeto de corrección, debiendo adoptar las
medidas necesarias para que esta situación no repercuta en el rendimiento
académico de los alumnos.
Artículo 44.
1. Los alumnos que individual o colectivamente causen
daños de forma intencionada o por negligencia a las instalaciones del centro
o su material quedan obligados a reparar el daño causado o hacerse cargo del
coste económico de su reparación. Igualmente, los alumnos que sustrajeren
bienes del centro deberán restituir lo sustraído. En todo caso, los padres o
representantes legales de los alumnos serán responsables civiles en los
términos previstos en las leyes.
2. La falta a clase de modo reiterado puede provocar la
imposibilidad de la aplicación correcta de los criterios generales de
evaluación y la propia evaluación continua. Aparte de las correcciones que
se adopten en el caso de las faltas injustificadas, a juicio del tutor, los
Reglamentos de régimen interior establecerán el número máximo de faltas
por curso, área y materia y los sistemas extraordinarios de evaluación
previstos para estos alumnos.
Artículo 45.
A efectos de la gradación de las correcciones:
1. Se considerarán circunstancias paliativas:
a) El reconocimiento espontáneo de su conducta incorrecta.
b) La falta de intencionalidad.
2. Se considerarán circunstancias atenuantes:
a) La premeditación y la reiteración.
b) Causar daño, injuria u ofensa a los compañeros de menor
edad o a los recién incorporados al centro.
c) Cualquier acto que atente contra el derecho recogido en el
artículo 12.2.a) de este Real Decreto.
Artículo 46.
Podrán corregirse, de acuerdo con lo dispuesto en este
título, los actos contrarios a las normas de convivencia del centro realizados
por los alumnos en el recinto escolar o durante la realización de actividades
complementarias y extraescolares. Igualmente, podrán corregirse las actuaciones
del alumno que, aunque realizadas fuera del recinto escolar, estén motivadas o
directamente relacionadas con la vida escolar y afecten a sus compañeros o a
otros miembros de la comunidad educativa.
Artículo 47.
Los Consejos Escolares de los centros supervisarán el
cumplimiento efectivo de las correcciones en los términos en que hayan sido
impuestas.
CAPITULO II
Conductas contrarias a las normas de convivencia
del centro
Artículo 48.
Las conductas contrarias a las normas de convivencia del
centro podrán ser corregidas con:
a) Amonestación privada o por escrito.
b) Comparecencia inmediata ante el Jefe de estudios.
c) Realización de trabajos específicos en horario no
lectivo.
d) Realización de tareas que contribuyan a la mejora y
desarrollo de las actividades del centro o, si procede, dirigidas a reparar el
daño causado a las instalaciones o al material del centro o a las
pertenencias de otros miembros de la comunidad educativa.
e) Suspensión del derecho a participar en las actividades
extraescolares o complementarias del centro.
f) Cambio de grupo del alumno por un plazo máximo de una
semana.
g) Suspensión del derecho de asistencia a determinadas
clases por un plazo máximo de tres días. Durante el tiempo que dure la
suspensión, el alumno deberá realizar los deberes o trabajos que se
determinen para evitar la interrupción en el proceso formativo.
h) Suspensión del derecho de asistencia al centro por un
plazo máximo de tres días lectivos. Durante el tiempo que dure la
suspensión, el alumno deberá realizar los deberes o trabajos que se
determinen para evitar la interrupción en el proceso formativo.
Artículo 49.
1. Serán competentes para decidir las correcciones
previstas en el artículo anterior:
a) Los profesores del alumno, oído éste, las
correcciones que se establecen en los párrafos a) y b), dando cuenta al
tutor y al Jefe de estudios.
b) El tutor del alumno, oído el mismo, las correcciones
que se establecen en los párrafos a), b), c) y d).
c) El Jefe de estudios y el Director, oído el alumno y
su profesor o tutor, las correcciones previstas en los párrafos b), c), d),
e) y f).
d) El Consejo Escolar, oído el alumno, las establecidas
en los párrafos g) y h), si bien podrá encomendar al Director del centro
la decisión correspondiente a tales correcciones. El Director, oído el
tutor y el equipo directivo, tomará la decisión tras oír al alumno y, si
es menor de edad, a sus padres o representantes legales, en una
comparecencia de la que se levantará acta. El Director aplicará la
corrección prevista en el párrafo h) siempre que la conducta del alumno
dificulte el normal desarrollo de las actividades educativas, debiendo
comunicarla inmediatamente a la Comisión de convivencia.
2. Las conductas contrarias a las normas de convivencia en
el centro prescribirán en el plazo de un mes, contado a partir de la fecha de
su comisión. Las correcciones impuestas como consecuencia de estas conductas
prescribirán a la finalización del curso escolar.
Artículo 50.
El alumno, o sus padres o representantes legales, podrán
presentar una reclamación en el plazo de cuarenta y ocho horas contra las
correcciones impuestas, correspondientes a los párrafos g) y h) del artículo
48, ante el Director provincial, cuya resolución pondrá fin a la vía
administrativa.
CAPITULO III
Conductas gravemente perjudiciales
para la convivencia del centro
Sección 1.ª De las conductas que perjudiquen
gravemente la convivencia del centro
Artículo 51.
No podrán corregirse las conductas gravemente perjudiciales
para la convivencia en el centro sin la previa instrucción de un expediente,
que, tras la recogida de la necesaria información, acuerde el Director del
centro, bien por su propia iniciativa o bien a propuesta del Consejo Escolar del
centro.
Artículo 52.
Se consideran conductas gravemente perjudiciales para la
convivencia en el centro:
a) Los actos de indisciplina, injuria u ofensas graves
contra los miembros de la comunidad educativa.
b) La reiteración, en un mismo curso escolar, de conductas
contrarias a las normas de convivencia del centro recogidas en el capítulo II
del Título IV de este Real Decreto.
c) La agresión grave física o moral contra los demás
miembros de la comunidad educativa o la discriminación grave por cualquiera
de las razones enumeradas en el artículo 12.2.a) de este Real Decreto.
d) La suplantación de personalidad en actos de la vida
docente y la falsificación o sustracción de documentos académicos.
e) Los daños graves causados por uso indebido o
intencionadamente en los locales, material o documentos del centro o en los
bienes de otros miembros de la comunidad educativa.
f) Los actos injustificados que perturben gravemente el
normal desarrollo de las actividades del centro.
g) Las actuaciones perjudiciales para la salud y la
integridad personal de los miembros de la comunidad educativa del centro, o la
incitación a las mismas.
h) El incumplimiento de las sanciones impuestas.
Artículo 53.
1. Las conductas enumeradas en el artículo anterior
podrán ser corregidas con:
a) Realización de tareas que contribuyan a la mejora y
desarrollo de las actividades del centro o, si procede, dirigidas a reparar
el daño causado a las instalaciones o al material del centro o a las
pertenencias de otros miembros de la comunidad educativa. Estas tareas
deberán realizarse en horario no lectivo.
b) Suspensión del derecho a participar en las
actividades extraescolares o complementarias del centro.
c) Cambio de grupo.
d) Suspensión del derecho de asistencia a determinadas
clases durante un período superior a cinco días e inferior a dos semanas.
Durante el tiempo que dure la suspensión, el alumno deberá realizar los
deberes o trabajos que se determinen para evitar la interrupción en el
proceso formativo.
e) Suspensión del derecho de asistencia al centro
durante un período superior a tres días lectivos e inferior a un mes.
Durante el tiempo que dure la suspensión, el alumno deberá realizar los
deberes o trabajos que se determinen para evitar la interrupción en el
proceso formativo.
f) Cambio de centro.
2. El Consejo Escolar impondrá las correcciones enumeradas
en el apartado anterior con arreglo al procedimiento previsto en el artículo
54 de este Real Decreto. Cuando se imponga la corrección prevista en el
párrafo e) del apartado anterior, el Consejo Escolar podrá levantar la
suspensión de su derecho de asistencia al centro o readmitirlo en el centro
antes del agotamiento del plazo previsto en la corrección, previa
constatación de que se ha producido un cambio positivo en su actitud.
3. Cuando se imponga la corrección prevista en el párrafo
f) del apartado 1 de este artículo a un alumno de enseñanza obligatoria, la
Administración educativa procurará al alumno un puesto escolar en otro
centro docente.
4. Las conductas gravemente perjudiciales para la
convivencia en el centro prescribirán en el plazo de cuatro meses, contados a
partir de la fecha de su comisión. Las correcciones impuestas como
consecuencia de estas conductas prescribirán a la finalización del curso
escolar.
Sección 2.ª Procedimiento para la tramitación
de los expedientes disciplinarios
Artículo 54.
1. La instrucción del expediente se llevará a cabo por un
profesor del centro designado por el Director. Dicha incoación se comunicará
a los padres, tutores o responsables del menor.
2. El alumno y, en su caso, sus padres o sus representantes
legales podrán recusar al instructor ante el Director cuando de su conducta o
manifestaciones pueda inferirse falta de objetividad en la instrucción del
expediente.
3. Excepcionalmente, al iniciarse el procedimiento o en
cualquier momento de su instrucción, el Director, por decisión propia o a
propuesta, en su caso, del instructor, podrá adoptar las medidas
provisionales que estime convenientes. Las medidas provisionales podrán
consistir en el cambio temporal de grupo o en la suspensión del derecho de
asistencia al centro o a determinadas clases o actividades por un período que
no será superior a cinco días. Las medidas adoptadas serán comunicadas al
Consejo Escolar, que podrá revocarlas en cualquier momento.
Artículo 55.
1. La instrucción del expediente deberá acordarse en un
plazo no superior a los diez días, desde que se tuvo conocimiento de los
hechos o conductas merecedoras de corrección con arreglo a este Real Decreto.
2. Instruido el expediente se dará audiencia al alumno y,
si es menor de edad, además a los padres o representantes legales de aquél,
comunicándoles en todo caso las conductas que se le imputan y las medidas de
corrección que se proponen al Consejo Escolar del centro. El plazo de
instrucción del expediente no deberá exceder de siete días.
3. Se comunicará al Servicio de Inspección Técnica el
inicio del procedimiento y le mantendrá informado de la tramitación hasta su
resolución.
Artículo 56.
La resolución del procedimiento deberá producirse en el
plazo máximo de un mes desde la fecha de iniciación del mismo y contra la
resolución del Consejo Escolar podrá interponerse recurso ordinario ante el
Director provincial, en los términos previstos en los artículos 114 y
siguientes de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las
Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común.
Disposición adicional primera.
1. Este Real Decreto se aplicará en los centros docentes
concertados en aquello que les afecte con arreglo a la normativa vigente. Las
competencias que se atribuyen en este Real Decreto al Jefe de estudios serán
realizadas en los centros docentes concertados por las personas que se
determinen en sus respectivos Reglamentos de régimen interior.
2. De acuerdo con lo dispuesto en el artículo 25 de la Ley
Orgánica reguladora del Derecho a la Educación y las normas que la
desarrollan, los centros privados no concertados gozarán de autonomía para
establecer sus normas de convivencia y para determinar el órgano al que
correspondan las facultades disciplinarias.
Disposición adicional segunda.
Lo dispuesto en este Real Decreto se aplicará en los centros
de educación infantil, educación primaria y educación Especial con las
adaptaciones que sean precisas de acuerdo con las características y edad de sus
alumnos y la normativa específica de estos centros.
Disposición adicional tercera.
Lo dispuesto en este Real Decreto se aplicará a los alumnos
que utilicen el servicio de residencia, con las adaptaciones que se regulen en
el Reglamento de régimen interior del centro.
Disposición transitoria primera.
Los Reglamentos de régimen interior en vigor deberán
adaptarse al presente Real Decreto y, en ningún caso, podrán aplicarse si se
oponen a lo dispuesto en el mismo.
Disposición transitoria segunda.
Lo dispuesto en este Real Decreto será de aplicación a los
centros que impartan enseñanzas anteriores a las reguladas en la Ley Orgánica
1/1990, de 3 de octubre, de Ordenación General del Sistema Educativo.
Disposición derogatoria única.
Queda derogado el Real Decreto 1543/1988, de 28 de octubre,
sobre derechos y deberes de los alumnos, y cuantas disposiciones de igual o
inferior rango se opongan a lo dispuesto en este Real Decreto.
Disposición final primera.
1. Se autoriza al Ministro de Educación y Ciencia para
dictar las disposiciones de ejecución y desarrollo de lo establecido en este
Real Decreto.
2. Se autoriza al Ministro de Educación y Ciencia para
adaptar lo dispuesto en este Real Decreto a las peculiaridades que se deriven de
la normativa específica de los centros a que se refiere el artículo 11.2 de la
Ley Orgánica 8/1985, de 3 de julio, reguladora del Derecho a la Educación.
Disposición final segunda.
El presente Real Decreto entrará en vigor el día siguiente
al de su publicación en el «Boletín Oficial del Estado».
Dado en Madrid a 5 de mayo de 1995.
JUAN CARLOS R.
El Ministro de Educación y Ciencia,
GUSTAVO SUAREZ PERTIERRA